RIMERA PERSONA Focos Rojos La evidencia sugiere que el planeta está alcanzando un límite de temperatura alta que podría traer importantes consecuencias negativas para la seguridad alimentaria, la salud y las economías en esta década. La deforestación en la Amazonia ha provocado un fuerte aumento del dióxido de carbono que ingresa a la atmósfera (cuando se talan los árboles, su carbón almacenado se libera a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global) y las emisiones de carbono provenientes de la fabricación irresponsable, los automóviles y los aparatos electrónicos también están agravando el problema. La tendencia es clara, sin embargo, parece que aún no es una prioridad. De acuerdo con un estudio reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 33 países latinoamericanos han asignado un total de 318 mil millones de dólares a las iniciativas post-COVID, con un gasto de reactivación de 46 mil millones de dólares y de los cuales menos del 2.2% se destina a la promoción de iniciativas “verdes” que podrían guiar el camino hacia una recuperación económica más completa. Lo anterior fue significativamente menor al porcentaje aproximado del 19% gastado por otros países, de acuerdo con lo revelado en el informe. Hacia una economía verde Ciertamente, América Latina ha sido afectada más que la mayoría en términos de salud y economía durante la pandemia. La adversidad no se ha ido de ninguna manera y los líderes gubernamentales tienen mucho por hacer. Los retos que enfrentan son costosos, constantes y profundos. Y sus presupuestos son increíblemente limitados. Pero esa es una razón más para priorizar e incluso subsidiar las iniciativas verdes corporativas, o aquellas que apoyan las economías circulares donde los productos están hechos para ser reciclados cuando su vida útil termina. La sostenibilidad es el futuro y ya no se puede ignorar. De hecho, John Kerry, el enviado especial de Estados Unidos en temas climáticos, pronostica que el cambio hacia una economía verde podría implicar “una transformación más grande” que la revolución industrial. Y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional del Trabajo indican que la descarbonización en Latinoamérica podría ayudar a crear 15 millones de empleos netos. Por supuesto, nada de esto quiere decir que los gobiernos de Latinoamérica sean los únicos responsables de llevar la región a un futuro más sostenible. El sector privado también debe participar activamente. RIMERA PERSONA 12 infochannel.info | Agosto 2021 Agosto 2021 | infochannel.info 13
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